Es una desviación que genera anillos de crecimiento irregulares. El 60 % de los árboles tienen esa desviación. Las células deben responder a las fuerzas que se crean en el interior del árbol, y esa disimetría crea la excentricidad.
Las causas de la desviación son: la acción del viento, la pendiente del terreno, que se tuerzan las ramas y la fuerza excesiva del sol.
Dicha característica tiene dos consecuencias principales: la disminución de la productividad del aserrado y la tendencia a curvarse de la madera.