Algunos tipos de madera, y sobre todo las de árboles tropicales, suele contener una gran cantidad de minerales (sílice, oxalatos, calcio…) en sus células y tejidos. Dichas células pueden estar repartidas por el tronco, o concentradas todas en un punto, como si fuera una piedra.
Cuando ocurre eso, puede tener como consecuencia que se desafilen las sierras y se rompan las herramientas que se utilizan para cortarla.