El estudio microscópico se realiza con la ayuda de un microscopio biológico, preferentemente de luz transmitida, con objetivos de 10X, 40X, 100X y oculares de 10 ó 15 aumentos, de modo que el aumento total oscile entre 100 y 1500.
Los elementos en que se basa la diferenciación son los siguientes:
Las frondosas poseen poros (vasos vistos en sección transversal), mientras que las coníferas carecen de ellos y por esta razón, se dice que son maderas no porosas. Sin embargo, las coníferas pueden presentar canales resiníferos, pero son anatómicamente diferentes de los vasos (bordes irregulares tapizados por células epiteliales productoras de resina) y siempre aparecen en menor cantidad que los vasos.
La estructura de los tejidos de las frondosas es mucho más compleja que la de las coníferas, entrando muchos más tipos de células en su composición. Las frondosas, como grupo, son mucho más ricas en parénquima que las resinosas, tanto en sentido transversal como en el longitudinal.
Los radios leñosos de las frondosas son más variables en anchura y altura que los de las resinosas, pues estas últimas suelen tenerlos más bien uniseriados, mientras que las frondosas pueden presentarlos uni o multiseriados, muy abundantes y con gran cantidad de parénquima, siendo este carácter utilizado para la identificación de las maderas de frondosas entre sí.
La disposición radial de las células longitudinales, que caracteriza a las coníferas cuando son vistas en su sección normal a la dirección del grano, no existe o está más o menos disfrazada en las frondosas. Esto es debido, en parte, a la presencia de vasos, los cuales, en el plano en cuestión, asumen la forma de poros de tamaño variable, que impiden la colocación radial del tejido longitudinal.