CPF o Control de Producción en Fábrica es un procedimiento de control de la producción que permite determinar la trazabilidad del producto e identificar los controles realizados y los requisitos de los trabajadores que deben realizarlos.
El CPF es un procedimiento que se utiliza en la fabricación de distintos materiales para uso en la construcción –y otros usos- que trata de garantizar la calidad de los materiales empleados y acota la responsabilidad de los fabricantes y prescriptores.
Quien demuestra que trabaja conforme al procedimiento responde civilmente; quien no lo demuestra podrá responder también penalmente.
Para determinar las características de cada producto se definen unos estándares a los que acudimos para realizar la medición. En el caso de la madera ese estándar se debe fijar para cada tipo de madera ya que las distintas especies muestran distintas características mecánicas.
El proceso de certificación de la madera se acomete a partir del desarrollo de la Directiva Europea que regula la certificación de productos y el marcado CE por el CODIGO TECNICO DE LA CONSTRUCCIÓN que identifica los niveles de exigencia según el destino de los materiales. A la madera de uso estructural le corresponde el nivel 2+
Según el cuadro, el Aserradero que quiera certificar madera de uso estructural, debe implantar un CPF que será auditado anualmente por una OCA –Entidad de Certificación Acreditada-, como puede ser TECNALIA.
El CPF del aserradero debe describir el proceso que se sigue para poder certificar el producto. En este caso se va a realizar una clasificación visual por parte de los trabajadores de la empresa. Dada la responsabilidad que asumen en el proceso los CLASIFICADORES se le va a requerir una formación específica y unas evaluaciones periódicas.
El CPF va a desarrollar la norma de referencia de la clasificación visual UNE 17081. Esta norma define los criterios que se deben tener para analizar las distintas características que se deben observar para determinar la clasificación de cada elemento estructural obtenido.
Esta norma permite clasificar la clase resistente, pero para ello se debe definir un patrón que será válido para cada especie. Ese patrón obtenido después de un proceso “aleatorio” y conforme a unos procedimientos regulados que conllevan múltiples ensayos se determinan distintas clasificaciones para cada especie. Estas clasificaciones tienden a ser objetivas de forma que una vez determinadas el valor de las variables de observación, para aquellos productos que cumplan con las especificaciones se puede acreditar la correspondiente clasificación.
Las clasificaciones se realizan con visión comercial con el objeto de obtener un buen rendimiento en unos valores estandarizados.
Esta forma de clasificar permite al aserradero marcar el producto con la CE indicando la clasificación del mismo. De forma que ante un tronco de excepcionales características un aserradero puede “garantizar” una respuesta mecánica mayor, pero no la puede certificar.
Para poder certificar debe existir norma de referencia previa que sirva de patrón.
Hasta ahora, la referencia de la que se dispone para certificar el Abeto DOUGLAS es la norma NF B 52001, que es una norma francesa y “sólo” válida para los troncos de procedencia francesa. Las diferencias que puedan existir con troncos de procedencia peninsular son mínimas, pero legalmente no está certificado una viga de uso estructural de procedencia peninsular clasificada con la norma de referencia francesa.
Como se puede ver en el cuadro inferior, las tres posibles clasificaciones corresponden a tres clases resistentes distintas.
Actualmente se está definiendo una norma de referencia para la clasificación del Abeto Douglas. Esta norma, aunque parezca extraño, puede tener requisitos distintos a la norma francesa según el resultado del ensayo del muestreo realizado.
Conforme a la norma de referencia UNE 1481-1 las características que se deben tener en cuenta en el proceso de certificación por el método de clasificación visual son: