Si tenemos la suerte de tener una fauna abundante, tenemos que tomar la precaución de proteger la planta de la misma. Los primeros años, la planta es vulnerable frente a distintos mamíferos, desde el corzo al topillo; al primero le encantan los brotes tiernos, al segundo los tallos. Para evitar los daños la solución más idónea es la utilización de protectores individuales, aunque tiene un coste que se debe de evaluar. La altura del protector debe ser de 60 cm si el intruso es un conejo o de 120 cm si se trata de un corzo. Si el intruso es un topillo la utilización de redes como protectores no es eficaz. Se debe tener en cuenta que si el protector no está bien anclado puede arrastrar la planta al ser levantado por el viento. |