Antes de la plantación se debe proceder a la preparación del terreno. Si las condiciones lo permiten, esta operación se realiza por medio de un tractor con la herramienta adecuada, pudiendo ser un desbrozador-triturador y otro apero idóneo. En todo caso, el equipo debe ser adecuado para las condiciones de trabajo y estar preparado para dar respuesta a las mismas.
La preparación del terreno debe permitir las mejores condiciones de plantación para el abeto Douglas, repitiendo el proceso si fuera preciso. Si el terreno está muy expuesto al viento, puede aconsejarse la preparación por fajas, para proteger la planta.
El proceso de preparación del terreno depende de las condiciones previas del mismo. Si estamos en monte, con vegetación alta, esta tarea se realiza con el desbrozador-triturador, y se debe de evitar enterrar matorral grueso para evitar la aparición de hogos, siendo esta una operación laboriosa que obliga a realizar varias pasadas –se achaca a estos hongos los ataques de la armillaria, que ataca a las planta en los primeros años de crecimiento-. La operación de desbroce puede durar de entre 2 horas en terreno llano y con poca vegetación donde el trabajo puede realizarse con un arado o una grada, a las 10 horas en terreno en pendiente y con gran vegetación; asimismo depende del tipo de equipo de trabajo utilizado. En situaciones de alta pendiente que desaconsejan el uso de maquinaria, la operación de desbroce se realiza con moto desbrozadora de mochila.
Cuando la presencia la vegetación puede ser un problema para la planta, se suele utilizar herbicidas preventivos, a base de atrazina o glifosato, para retrasar el crecimiento de la vegetación.
Una vez desbrozado, se debe acondicionar el terreno. La preparación mínima para la planta de 15 cm de raíz consiste en un hoyo de 30x30x30 que permitirá arropar bien las raíces con tierra removida y acumular agua suficiente para que las raíces agarren al terreno.
Cuando la operación puede realizarse con equipos no manuales, se utilizará el apero más apropiado al terreno, pudiendo realizar un laboreo continuo o por franjas, eligiendo una u otra forma en función de las características del terreno y la vegetación. Si existe riesgo de encharcamiento se pueden formar caballones con el arado para permitir el drenado del agua, debiendo quedar la planta en el lomo del caballón.
Una operación reservada a monte con escasa capa de tierra es la realización de subsolado, que consiste en profundizar la capa fértil con rejones profundos. Requiere la utilización de equipos adecuados y el conocimiento del terreno para que la rotura sea afín a las líneas de nivel de forma continua o discontinua, según proceda en cada caso.
Si la operación consiste en realizar hoyos, se utilizará el apero apropiado. Es este un método práctico para la plantación en pendiente porque permite el ahuecado de tierra suficiente para la planta y permite la recogida de agua sin que se produzca erosión. Se deben respetar las distancias mínimas reguladas por ordenanzas, tanto las generales sobre plantaciones forestales que obligan a una separación mínima de 2 metros para colindancia de pradera y de 3 para colindancia de cultivo, como aquellas ordenanzas municipales que puedan existir.